Si se analiza que desde el 2012 hasta la fecha los ingresos en este distrito crecieron al punto que se cuenta con uno de los presupuestos más importantes de la región cuando se compara – por ejemplo Villa Gesell que se le aprobaron 100 millones menos que Pinamar, con más población y más superficie territorial- y que el faltante para llegar a los 60 millones de la planta depuradora es apenas el 10% del presupuesto que seguramente tendrá Pinamar en el año 2015 y que además la obra demanda un tiempo de ejecución cercano a los dos años, caemos en la cuenta una vez que el más común de los sentidos que es sin duda el “sentido común” termina siendo el que más falta en la clase política y en la toma de decisiones fundamentales.