30/06/2016 - EL PERMISO EXHIBIDO POR DE VITO NO SIRVE PARA NADA EXPLICACIONES QUE NO ALCANZAN...
El contenido de la autorización que exhibe el Balneario Cocodrilo, extendida por el Ing. Javier Mendía es un procedimiento administrativo viciado de nulidad, habida cuenta que aun cuando se tratare solamente de “material de desecho producto de la demolición”, igualmente es “propiedad de la Municipalidad como todo lo que está incorporado a la playa”. Eventualmente es el Municipio quien acopia la mampostería y triturada o no, puede comercializarla para obtener un rédito económico, o para ser utilizada posteriormente con otros fines como relleno de loteos sociales, caminos, etc.
Sin embargo todo el material fotográfico del enorme camino construido sobre el paraje conocido como “La Mansa”, y sobre el cual estuvieron parados los Concejales Gregorio Estanga (FpV), Daniel Bermúdez (Propin) y Lucas Ventoso (UCR) se trata inocultablemente de arena. Nos preguntamos si alguien examinó tamaño volumen depositado en el área para constatar que efectivamente “contenga desechos de mampostería” porque a simple vista no parece estar contaminada y ser solo arena de la playa.
Si esto último se constata, cambia todavía más la figura porque para sacar arena de la playa (que no es de rio, algo que fácilmente puede constatar un geólogo) quien lo haga debe tener permisos de Dirección Provincial de Minería que ejerce la autoridad minera en la Provincia de Buenos Aires, que a su vez se encarga de aplicar el Código de Minería de la Nación.
Sacar arena de la playa no es una simple contravención, constituye un delito federal y esto alcanza a los infractores con otras responsabilidades más severas. Dicho en criollo, se encuadraría como un vulgar robo que además, nos obligaría a pensar para qué sirven la Delegación de la Policía Federal en Pinamar, los controles de fiscalización municipales y la Guardia Urbana, todos con la tarea de resguardar el patrimonio de todos.
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