Este grupo estuvo compuesto mayoritariamente por académicos, investigadores y prominentes personalidades de la política. Ante al tenor que surge de ese intercambio inicial de ideas y preocupaciones, nace la fundación del Club de ROMA el cual se concreta bajo la ley Suiza poco tiempo después (1970).

Sus análisis se centran en modelos demográficos proyectivos que se articulan en torno a cinco variables centrales:

• Monto y tasa de incremento de población,


• Disponibilidad y tasa de utilización de los recursos naturales,


• Crecimiento del capital y la producción industriales,


• Producción de alimentos y


• Extensión de la contaminación

Del análisis de la disponibilidad de recursos naturales-crecimiento demográfico-producción industrial y consumo, y la interdependencia de estas variables surgió proyectar escenarios políticos-sociales a tenor de las consecuencias emergentes.

Así entonces una primera y esencial conclusión es la de establecer como IMPRESCINDIBLE concertar medidas internacionales (desde luego reservadas a las potencias y países o bloques centrales) para elaborar una PLANIFICACIÖN CONJUNTA de largo alcance de un orden de magnitud sin precedentes (embrión de la globalización capitalista y cultural).

Resulta especialmente llamativa la expresión literal que transmiten: “... imposición de un freno a las espirales del crecimiento demográfico y económico del mundo…” enunciada en el año 1970 en el informe que dieron a conocer un grupo de científicos del MIT - Massachusetts Institute of Technology (EEUU)- al Club de Roma.

El enfoque del estudio toma como punto crítico el año 2000 en cuanto a la existencia de Recursos Naturales que el “sistema tierra” alberga para responder a la necesidades que impondrá una población en continuo crecimiento.

La conclusión es que las naciones más industrializadas, por tanto las de mayor utilización de estos recursos, omitían considerar que el consumo en la escala que desarrollaban impactaría irreversiblemente en el ecosistema y en las reservas de estos insumos básicos naturales; indicando además, que eran absolutamente insustentables.

Advirtieron entonces, la imprescindible necesidad de configurar un Equilibrio estable y perdurable que neutralice los efectos negativos del crecimiento exponencial de los factores señalados, obviamente limitando esa desproporcionada expansión.

La interacción de los factores de esas ecuaciones (demografía/producción/consumo) concluyó que aún deteniendo el incremento poblacional, el equilibrio necesario se concretaría en un período de entre 50 y 60 años, lapso que representa la “recuperación natural de la depredación de recursos ejercida”.

Los escenarios predictivos contenidos en el informe, se fueron verificando con precisión en las décadas posteriores y hasta la fecha. Fueron certeros y tal vez escasos en términos de consecuencias acaecidas.

Abordó también la complejidad del desequilibrio e inequidad social y de desarrollo a la que le otorga un rol fundamental como agravante de los impactos.

El avance vertiginoso de la tecnología y sus aplicaciones, no tuvo correlato en la necesaria reformulación Moral y Filosófica de las sociedades para establecer ese equilibrio y armonía entre la Humanidad y la Naturaleza.

Para comprender la importancia de estos hechos y sus consecuencias, es necesario observar la situación de EEUU y la internacional al momento de la emisión de dicho informe.

A principios de la década del 70, EEUU era atravesado por crisis tanto internas (caso Watergate, recesión económica, entre otros) como en política exterior: de erigirse como ganadores de la 2da Guerra mundial, debieron enfrentarse a la derrota en Corea, y en Vietnam entre otros conflictos.

En América Latina, se incrementaron los conflictos sociales que venían sucediéndose desde la experiencia revolucionaria en Cuba, que atentaban contra los intereses de los EEUU al crear climas adversos e inseguridad social para sus empresas.

En cuanto a recursos renovables, señaladas las proyecciones en el informe de los científicos del MTI que le elevaron al Club de Roma, se produce un acontecimiento que pone en alerta a los EEUU.

Los países nucleados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo - OPEP - aumentaron el precio del petróleo un 400% entre los años 1973/74 lo que produjo un sismo en los países más desarrollados industrialmente.

En el contexto de la guerra fría también se producen alteraciones en el escenario internacional debido al avance de la Unión Soviética en Indochina; y la guerra de Yom Kippur entre Israel y la coalición de Egipto y Siria lo cual comprometía a EEUU en darle apoyo militar.

Mientras tanto los países árabes - productores de petróleo- , se acercaban a la URSS, que liderada por Rusia, aumentaba su participación en países africanos como Angola y Mozambique cuyos gobiernos se definieron como pro-soviéticos expandiendo este efecto años más tarde en Etiopía.

Esto enciende la alerta en el Pentágono, lo mismo que los acontecimientos que se van produciendo en América Latina, donde emergen movimientos nacionalistas y de izquierda todos contrarios a la injerencia de Washington y con acercamientos a Moscú.

En este contexto interno y con la mirada puesta en la cuestión de los recursos estratégicos, toma vigor lo expresado por el senador republicano H. Adams, quien en 1901 promovía la necesidad imperiosa de que EEUU asegurara su crecimiento industrial para lo cual debía transformarse en la primera potencia militar mundial y así expandir su prevalencia en las regiones de América del Sur y China, regiones donde se encontraban los insumos básicos imprescindibles para asegurar su crecimiento inexorable de esa etapa.

La crisis del petróleo (OPEP, 1973/74), intensificó la necesidad de que los EEUU implementaran un plan estratégico internacional destinado a garantizar la disponibilidad de los recursos.

En el año 1974 Henry Kissinger elabora y entrega al gobierno de EEUU el informe denominado National Security Study Memo 200 (NSSM 200) basado en el antecedente de las conclusiones del trabajo que estaba en poder del Club de Roma.

El documento analiza la evolución demográfica mundial y la de América Latina en particular proponiendo medidas y acciones para asegurar los recursos naturales que las industrias de EEUU requerían.

Es importante destacar que copias de este Estudio fueron entregadas al departamento de Defensa y a la CIA.

Kissinger concluyó que el Lesser Developed Countries era un “tema de máxima trascendencia” que amenazaba la Seguridad Económica y Política de los EEUU.

Los instrumentos que proponía para neutralizar tal “peligro” siguen vigentes señalando los siguientes: control de la natalidad, medida que los Estados Unidos “apoya” con inversiones a través del Banco Mundial a los países que la aplican y la intensas inversiones que realiza sobre los recursos estratégicos no renovables.

Kissinger enfatiza algunos planes de acción como ser: “ en su política exterior profundizar el manejo de asuntos poblacionales en el extranjero, particularmente en países en vías de desarrollo”.

Asimismo interpela:

“¿Pueden nuevas innovaciones o desarrollos tecnológicos reducir el crecimiento poblacional o disminuir sus efectos?”.

“¿Pueden los EEUU intensificar su injerencia en este área a través de Agencias públicas o privadas?.

En el orden económico EEUU alcanzaba una saturación de su economía interna lo que generó una importante masa de capital disponible (fin del ciclo expansivo Keynesiano).

Adoptó entonces una política de Estado concordante con las estrategias que el informe Kissinger aconsejaba: transformó ese capital en recursos financieros “prestables” a través de las Agencias “multilaterales” creadas luego de la segunda guerra mundial -Banco Mundial, BIRF; BID, etc.- utilizándolos como instrumento de dominación e injerencia en los países en vías de desarrollo poseedores de los recursos estratégicos que necesita.

Carlos Blasco Junio 2021