Mientras era entrevistado post partido, Messi, que había anotado un gol de penal en el tiempo reglamentario y otro en la definición desde los 12 pasos, sorprendió al mundo al lanzar la frase que ya pasó a la historia: “Qué mirás, bobo”.
Weghorst estuvo a punto de frustrar el sueño argentino en el Mundial, ya que ingresó a los 78 minutos de partido en lugar de Memphis Depay y anotó los dos goles que llevaron el partido a los penales. Pero el Dibu Martínez se convirtió en héroe, atajó dos remates en la definición y colaboró para que la Selección obtuviera el boleto a las semifinales.
“El 19 (Weghorst), desde que entró al partido fue a provocarnos, a decirnos cosas. Y eso no es parte del fútbol, yo siempre respeto a todo el mundo, pero me gusta que me respeten también a mí. No me gusta que hablen antes del partido”, explicó Messi después.
Pero ese no fue el único cruce que protagonizó el astro del fútbol Mundial durante aquel partido. También hubo pica con el por entonces entrenador de Países Bajos, Louis Van Gaal, quien hizo referencia a que Messi no colabora cuando su equipo no tiene la pelota y adelantó que si iban a los penales iban a tener ventaja.
Fue por esto que luego de anotar el 2-0 parcial, el 10 de la Selección hizo el Topo Gigio frente al banco de suplentes rival (en alusión a la bronca entre el entrenador europeo y Riquelme, quienes coincidieron en el Barcelona a principios de la década del 2000) y una vez consumada la clasificación le hizo gestos de que habló mucho.