Sin embargo, la acción no se concretó. La agencia Télam pudo retratar la llegada de la cuadrilla del Gobierno porteño hasta el lugar. A través de la serie de fotografías, se puede comprobar que tenían todas las herramientas disponibles para cumplir con la tarea, pero todo quedó en un paso de comedia que volvió a desnudar la complicidad del jefe de Gobierno con el principal grupo de medios del país.
El propio Recalde, también a través de sus redes, dejó expuesto a la Guardia de Auxilio de la Ciudad, dado que el muro de la discordia ya había sido visitado días antes para una inspección. “Después de 7 años, siguen poniendo excusas para ganar tiempo. El jefe de Gobierno no cumple con la Justicia. Cumple con Clarín para asegurarse el blindaje mediático”, disparó.
En aquella época, la jueza llegó a escribir en una de sus resoluciones en el marco de la causa que “el muro efectivamente existe”, dado que el Gobierno porteño hasta lo había puesto en duda y llegó a plantear que había sido levantado por los propios vecinos de la villa y no por el grupo mediático.
El muro en cuestión tiene unos cuatro metros de altura y una garita del Grupo que controla quién puede pasar y quién no. “Los vecinos se encuentran afectados en su derecho a la libre circulación. La presencia del muro se constituye en una ofensa discriminatoria”, decía el planteo inicial de los vecinos para que el muro sea derribado.
Según una investigación publicada en marzo de este año por ElDiarioAR, la administración de Rodríguez Larreta pagó $1.245.000 al diario Clarín por sólo una “publinota” que describía los supuestos avances en materia de espacio público en la Ciudad, justo durante la misma semana que se aprobaba en la Legislatura la privatización del predio de Costa Salguero.