La designación de Tapia fue por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, quien destaca la importancia de esta función en el contexto actual de manejo de residuos en la región. Antes de su nombramiento como presidente, Tapia se desempeñó como vicepresidente de la CEAMSE desde 2015, representando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su experiencia en el sector de gestión de residuos es notable, ya que previamente fue dirigente sindical de los recolectores de residuos, lo que le otorga un conocimiento profundo sobre los desafíos y dinámicas de este ámbito. 


Su llegada al cargo se produce en un momento crucial, en el que la gestión eficiente de residuos es fundamental para el bienestar ambiental y social de la región. El gobernador Axel Kicillof recibió a Tapia y a la presidenta saliente, Mónica Cappellini, quien fue reconocida por su labor al frente de la CEAMSE. 


Kicillof expresó su agradecimiento hacia Cappellini, destacando los logros alcanzados durante su gestión. Esta transición de liderazgo en la CEAMSE se enmarca en un contexto político más amplio, en el cual Tapia ha comenzado a afianzar su relación con Kicillof, lo que a su vez ha profundizado sus diferencias con el actual gobierno nacional liderado por Javier Milei. 


Uno de los principales puntos de discordia entre Tapia y el gobierno de Milei es la propuesta de las sociedades anónimas deportivas (SAD) en el fútbol, impulsada por La Libertad Avanza. Tapia ha sido un firme opositor a esta iniciativa, argumentando que no es beneficiosa para el desarrollo del deporte en el país. Su nombramiento en la CEAMSE no solo representa un cambio en la gestión de residuos, sino que también puede ser visto como una estrategia para fortalecer su posición política dentro del contexto argentino actual.