Esta semana el Gobierno deberá afrontar un nuevo pago de intereses al FMI, tras el vencimiento que logró afrontar durante enero, en aquel caso con privados. Ahora las cuentas sufrirán una contracción de casi USD650 millones, a inicios de la semana. Por el lado de las reservas netas, si se descuentan los depósitos del Tesoro, están en un negativo de USD10.100 millones, según estimaron PPI y Vectorial. Las brutas tampoco muestran una buena dinámica. Empezaron el año en USD31.706 millones y están arrancando enero USD28.307 millones, aunque ese número en realidad contiene la típica contracción de fin de mes, que se observó el viernes, cuando los bancos adecuan sus tenencias a las reglamentaciones, lo cual tiende a equilibrarse en los niveles previos en los primeros días del mes siguiente.


Sin embargo, las reservas brutas eran de USD29.428 millones el jueves, lo que también muestra el nivel de drenaje sufrido durante enero. A esa cantidad habrá que restarle el impacto del nuevo pago al FMI. Desde Vectorial explicaron: “Las causas son varias, principalmente los pagos de deuda de comienzo de mes, la intervención en el dólar financiero, y la reducción de encajes por salida de depósitos en dólares”. En ese sentido, el BCRA mostró que su intervención en los financieros alcanzó los USD447 millones en diciembre y adelantó haber usado otros USD615 M en la primera mitad de enero.


Vectorial agrego que el riesgo país no logra bajar de 600 puntos por el nivel de reservas netas y la dificultad que se prevé para conseguir un desembolso sustancial del FMI que las apuntale: “El problema que visualiza el mercado es que las Reservas Netas, descontando dichos depósitos y los pagos de Bopreal a 12 meses, se mantienen por debajo de los 10.000 millones de dólares, razón por la cual ven con urgencia el rescate del Fondo. Por este mismo motivo el Gobierno decretó la baja transitoria de las retenciones”. A esa estrategia para adelantar liquidación de exportaciones se le sumó la apuesta oficial por un renovado carry trade, con una baja del 50% en el crawling peg y una de apenas el 10% en la tasa de interés.


Un dato muestra bastante clara la coyuntura en materia externa: el BCRA publicó el informe del Balance cambiario de diciembre, que arrojó el séptimo mes consecutivo de rojo, lo que muestra que desde junio la economía local consume más divisas que las que genera, en línea con el atraso cambiario.


Esta vez hubo una novedad que fue el primer déficit en la cuenta bienes desde mediados del 2023 (desde 2018 hubo solo tres meses en rojo). Hubo un salto fuerte en los pagos de importaciones, por la salida del impuesto PAIS. Así, aunque el Gobierno celebró hace unas semanas por el superávit comercial informado por el Indec, lo cierto es que aquel dato mostraba el asiento contable en base a las declaraciones juradas. Ahora el BCRA mostró que ese mes fue negativo en cuanto a los dólares efectivamente ingresados a la economía por la vía comercial. 


El turismo siguió demandando divisas, de la mano del atraso cambiario, y, por supuesto, también los pagos de intereses de la deuda externa. Así, el rojo de cuenta corriente fue de USD1.114 millones. En siete meses totalizó USD7.242 millones y dejó entrever, al igual que las reservas brutas de enero, la necesidad de conseguir dólares financieros para cubrir ese hueco.


Sale a jugar el esquema de tasa y crawling


Con el inicio de febrero, arranca una semana clave para el Gobierno, que empezará a ver aplicadas dos modificaciones fundamentales en variables claves para la economía: la tasa de política monetaria, que bajó desde el 32% efectivo anual al 29%, lo que implicará un nuevo tipo de interés del 2,4% mensual; y la tasa de variación del tipo de cambio mensual, es decir el crawling peg, que bajó del 2% al mes al 1%.


El Gobierno le apostó, de esa manera, de lleno a incentivar el ingreso de divisas al mercado oficial por la vía del carry trade, la bicicleta financiera, medida que aplicó en paralelo a la baja de retenciones al campo, para incentivar a su vez el adelanto en la liquidación, hasta fines de junio, por parte de los exportadores. Se trata de un doble negocio que el campo podrá aprovechar en los próximos meses si el Gobierno logra sostener la estabilidad cambiaria.


Y es que la tasa de interés sufrió sobre la última hora del jueves pasado una baja en torno al 10%, lo que a priori funcionó como una moderación en el premio que recibirán los que se suban al carry trade. Pero esa contracción, que buscó achicar la carga de intereses que paga el Gobierno por las Lefi, fue muy inferior a la baja del 50% en el crawling peg. Quedó claro el incentivo: a los exportadores, que son los únicos tienen acceso a dólares oficiales, les conviene tomar un préstamo en dólares, liquidarlo inmediatamente como ordenan las normas, usar esos pesos para entrar a una tasa en pesos, hacer ganancia durante algunos meses, y salir nuevamente a dólares antes de que se interrumpa la promesa de devaluación a un nivel tan atrasado. Para el Gobierno serán más dólares de corto plazo, pero con el riesgo que implica que tarde o temprano los que ingresaron querrán salir, más los intereses.