Ayer, cerca del final del día, el Ejecutivo intervino sobre dicha norma. Señaló a “los tratamientos de hormonización y las cirugías de cambio de sexo en menores de 18 años”, sin embargo estos sólo se realizan en personas mayores de edad.
Según el comunicado oficial, el Gobierno considera que estas intervenciones son 'irreversibles y pueden ocasionar infertilidad, problemas cardiovasculares y consecuencias catastróficas en la salud mental'. No obstante y tal como explicó en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, Gabriela Mansilla, la hormonización y los inhibidores de pubertad “son aspectos diferentes”.
“Los bloqueos puberales tienen una ventana de 2 años para que ese adolescente piense, vaya viviendo de a poquito, se induzca a una pubertad y siempre acompañado de un equipo interdisciplinario. No existe, en Argentina, la hormonización de menores de edad, ni la amputación de genitales”, señaló la escritora, activista LGBT+ y fundadora de la Asociación Civil Infancias Libres.
Sin embargo, Mansilla sostuvo que las modificaciones a dicha norma implican “un retroceso, es una medida sumamente violenta que no considera ni los derechos, ni la salud de estas niñeces. Las personas adultas somos quienes tenemos que velar, proteger y cuidar, de manera amorosa y responsable a estas niñeces”.
“La Ley de Identidad de Género nos daba el contexto legal para que todo esto pudiera suceder en cada uno de los espacios donde transitan las niñeces, como la escuela, un centro de salud o un hospital. Incluso con quienes no querían respetar o no sabían sobre las niñeces trans, la ley nos daba, nos da y nos va a seguir dando, este marco de existencia legal”, explicó.
Noticias Argentinas - ¿Cómo pueden afectar estas modificaciones en las infancias trans?
Gabriela Mansilla - Las va a afectar de manera totalmente negativa. Hoy tenemos que pensar que una niñez no va a tener su Documento Nacional de identidad, no va a tener su nombre, ni va a poder constituirse hasta los 18 años. Es sumamente peligroso para el desarrollo de esas niñeces y dificulta el acompañamiento de las familias.
NA - ¿Considerás que es una medida definitiva?
GM - Esta medida no va a ser definitiva. La consecuencia la vamos a ver dentro de horas o días, así como la organización inmediata de la marcha -LGBTIQ+ antifascista del pasado 1 de febrero-. No se está metiendo con una comunidad que no tiene respaldo, ni es una minoría. Tampoco responde a medidas que va a poder pasar por encima. Tenemos una enorme resistencia, organización, lucha, amor, orgullo y no va a pasar. De alguna manera lo vamos a tener que dar vuelta.
NA - ¿Cómo se reflejan las niñeces trans?
GM - La edad en que toda niñez se constituye, empieza a armarse, y a fortalecerse, ocurre durante los primeros años de vida, entre los 4 y 5 años. Allí comienza a manifestarse e identificarse y es ahí donde más hay que acompañar.
GM - Las personas trans no son adultas solamente. Empiezan este descubrimiento, esta extrañeza sobre el género asignado al nacer desde muy temprana edad. Lo más indicado y lo que mejor podíamos hacer, es empezar a acompañar desde el inicio, con respeto. Al igual que en la adolescencia y durante el desarrollo puberal, incluso si había que brindar inhibidores puberales, que no era en todos los casos.
Además, la activista enfatizó en que los tiempos los define cada persona o niñez: “Quien quiera modificar el DNI lo hace. Lo mismo pasa con los inhibidores de la pubertad. La hormonización, que no es lo mismo, y las cirugías, ocurren cuando son mayores de edad. En Argentina no se opera ni se mutila a nadie, no existen las cirugías para menores. Y esto tiene que ver con acompañar el proceso identitario de cada persona.
Parte del comunicado oficial, transmitido por el vocero presidencial Manuel Adorni, señaló que 'estas intervenciones son irreversibles y pueden ocasionar infertilidad, problemas cardiovasculares y consecuencias catastróficas en la salud mental'. Sin embargo, no se tiene en cuenta que, por el contrario, al modificar esta normativa, se pone en juego la mencionada salud mental.
Tal como refirió Mansilla, “Tenemos un 40% de índice de suicidio en adolescentes trans, 35 años de expectativa de vida en la comunidad y la Ley de Identidad de Género venía a dar marco legal y de de responsabilidad del Estado que estuvo ausente durante tantas décadas e históricamente”.
NA - ¿Cuál considerás que debería ser el rol del Estado?
GM - El Estado -debe- ser garante de los derechos de estas adolescencias. Y lo que este señor quiere hacer es quitarles ese derecho. Es al revés, no es que va a afectar la salud mental si se pueden hormonizar, que no ocurre en su mayoría.
En piel propia: Luana, una referente que trascendió las barreras generacionales
“Imaginate que yo le tenga que decir a mi hija, ahora, que el Presidente de la nación dijo que ella es un hombre y que no existe. Que hasta los 18, -Luana todavía tiene 17 años- no puede hacer nada con su cuerpo, su deseo, su vivencia, autopercepción, existencia, con su ser. Esto atenta contra la identidad, contra la vida, contra los derechos. Es horroroso”, remarcó la escritora.
NA - ¿Cómo asimiló esta decisión, Luana?
GM - Luana está al tanto, lo conversamos y lo escuchamos juntas. Creí que nunca iba a volver a ver esos ojos tristes y preocupados de mi hija. Lo único que me preguntó es “Mamá, ¿y ahora qué hacemos?”.
GM - Ella lo toma como una responsabilidad, porque conoce a un montón de niñeces, ella es referente y vamos a tener que salir a luchar. Me dijo, “Mamá, vamos a tener que salir a luchar, a marchar”. Me gustaría no tener que tener estas charlas con mi hija.
NA - ¿Cómo te encuentra este comunicado luego de tantos años de lucha?
GM - Más fuerte que nunca. No estamos acostumbradas a no salir a luchar, ni a darnos por vencidas, no estamos acostumbradas a dar un paso atrás. Tenemos mucha gente que nos acompaña, no estamos solas y ninguna niña o niño trans, travesti está sola. Hay un montón de familias que acompañan, la misma comunidad lo hace y está en lucha. Será una batalla más que tendremos que dar.
Para finalizar, Mansilla pidió a la sociedad “que se informen porque la mitad de las cosas que dice este señor no son verdad. Está desinformando en lugar de informar. Tenemos que tener un poquito más de amor en el corazón”.
“Los derechos nuestros terminan cuando empiezan los de las demás personas. Y si yo tengo que luchar por los derechos de mi hija, entonces el resto no tiene derechos, tiene privilegios. Seamos una sociedad y un pueblo igualitario, justo, con memoria y los derechos humanos no se negocian”, concluyó.