De acuerdo al último informe de Cuentas Nacionales correspondiente a la Balanza de Pagos, Posición de Inversión Internacional y Deuda externa del INDEC, al 30 de junio pasado el total de activos externos, que son propiedad de residentes, se estima en u$s450.760 millones. Pero de ese monto, u$s261.703 millones corresponden a Moneda y depósitos, o sea, son los dólares y otras monedas extranjeras que los argentinos tienen, vulgarmente, “bajo el colchón” o en cajas de seguridad y en el exterior. Esa suma no se ha incrementado, es más, en realidad ha disminuido en lo que va de la gestión libertaria dado que a fin de 2023 la tenencia de Moneda y depósitos externos era de u$s262.080 millones.
De todos modos, semejante suma de recursos externos da una idea de la magnitud de la capacidad de inversión potencial para la economía argentina. Aunque, vale señalar que en las últimas cinco décadas parte de los rendimientos que generan estos fondos llegan para afrontar gastos domésticos, para aprovechar alguna temporada plausible de “carry trade” o incluso para concretar determinada inversión, por ejemplo, inmobiliaria. Hoy, basta con mencionar que esa masa de fondos representa nada menos que casi 10 veces las reservas brutas del BCRA, que en términos netos siguen en terreno negativo lejos de la meta pactada con el FMI.
Ahora bien, además de la tenencia de Moneda y depósitos, el INDEC contabiliza como parte de los activos externos de los argentinos u$s57.540 millones de Participación de capital y participaciones en fondos de inversión por Inversión de cartera, otros u$s51.058 millones de Participaciones de capital por Inversión directa, más Títulos de deuda de Inversión de cartera por u$s36.301 millones y Activos de reserva por u$s29.022 millones. Los datos surgen de la llamada Posición de inversión internacional (PII), por categoría funcional e instrumento financiero a valor de mercado del último informe del INDEC.