A comienzos de marzo, este medio reveló que la agroindustria pronosticaba una liquidación “a cuenta gotas”, producto de las expectativas de convergencia cambiaria, la baja en los precios internacionales, la suba de costos y un dólar exportador, que a esa altura ya preveían, quedaría “atrasado”.
El resultado es una demora en el ingreso de divisas que choca con el optimismo que altos funcionarios del Gobierno dejaban trascender a comienzos de años. “En mayo y junio nos van a bañar de dólares”, decían. Pero este mayo tuvo la liquidación más floja de los últimos cuatro años y junio mostró un retroceso de 24% con respecto al mes anterior. Los granos están, pero no se venden.