14/10/2024 - EDITORIAL: POR CARLOS BLASCO
CARLOS BLASCO EN RADIO OZ: ES IMPOSIBLE ESCINDIR LA REALIDAD SOCIO POLÍTICA DE PINAMAR DEL RESTO DEL PAÍS


CARLOS BLASCO se refirió al contenido de la nota editorial "Es imposible escindir la realidad socio política de Pinamar del resto del País", trazando un análisis de comprensión esperando poder generar alguna motivación para que distintas capas de la sociedad se involucren en la política. Hablo de un cambio de perspectiva, no desde el punto de vista electoral, sino de una planificación distinta en Pinamar. ....LEER MÁS Y ESCUCHAR AUDIO RELACIONADO ....


De todos modos, debemos considerar que sin duda nuestro partido tiene sus particularidades los cuales impactan en la política. Desde mi consideración, no solo en Pinamar sino en nuestra Patria es imprescindible que surjan nuevos protagonistas habida cuenta de las profundas transformaciones que se van produciendo en estos tiempos. Transformaciones que ameritan repensar de modo profundo principios que se han establecido a partir del fin de la segunda gran guerra del siglo pasado. Estos cambios vertiginosos no solo llevan al análisis del sentido y de las consecuencias de cualquier modelo político aplicado hasta nuestros días, sino que han puesto en claro algunos factores, que si bien se han discutido intensamente en las últimas décadas, por su elocuencia y efectos, tienen fuerte incidencia la vida socio-político del presente.


Puede parecer ajena esta realidad, que se va construyendo día a día en el ordenamiento mundial a la política de Pinamar, pero no puede soslayarse su impacto en nuestras sociedades sean nacionales, provinciales o municipales.


Entre los aspectos más destacables, vale puntualizar la crisis de liderazgos y representatividad en lo que se nominó como el Occidente libre y progresista. A mi entender, solo alcanzan la característica de estadistas los lideres de Rusia y China, sin dejar de observar los de la India.


Ese proceso puede observarse en nuestro país. El efecto Milei, más allá de la tragedia nacional que implica, muestra la volatilidad y el hartazgo que se expresa en las decisiones y preferencias del pueblo a la hora de elegir sus administradores. No puede escapar al análisis más primario algunas de las razones que hicieron posible esta mueca de la historia a la que en su momento caractericé como esperpento.  


 Si se focaliza en las ofertas “ideológicas” o propuestas de modelos de países, es posible observar que hay un factor común en las últimas decisiones electorales de Sur América. Estas definiciones podrían definirse como un sesgo hacia lo que conceptualmente denominamos “derecha”. Categoría que deviene extinguida tanto como la supuesta contraria “izquierda” tomando en cuenta las transformaciones primarias acaecidas. No hay dudas, que lo nuevo es la multipolaridad como contraposición a la emergente unipolaridad post guerra. En sí mismo, esta afirmación no fundamenta la actualidad, se debe tener muy en cuenta además de los factores políticos, la fuerte incidencia de los medios hegemónicos de desinformación y la instrumentalización manipuladora de las llamadas redes sociales, con sus instrumentos de comunicación y entretenimiento. Sus efectos en un gran segmento de las poblaciones, son profundos e impactan de modo directo en la toma de opiniones y decisiones.


Así entonces, hay un proceso delineado milimétricamente para erosionar a la política en términos generales y a los políticos en particular. Su consecuencia es clara, se observa un constante y sostenido alejamiento del interés por la política y sus protagonistas, que en la práctica se traduce en un profundo cuestionamiento a sus actores y al escepticismo como opinión masiva. Se han devaluado conceptos como “patria, militancia, conciencia social, soberanía, etc.” asociándolos excluyentemente a luchas por “cajas políticas”. Las sociedades perciben a la “política” como un “mercado más, con sus tensiones y luchas por poder y su consecuente botín”.


A esta degradación sistémica, se suma la incapacidad que manifestaron los supuestos líderes políticos, los que solo son simples emergentes de sistemas condicionados por los intereses de los grandes centros de poder los cuales se expresan a través de sus corporaciones pero que en sus cimientos yace el interés supremo del Estado Nación a las que representan y deben fidelidad. No todo es lo que parece.


Son implacables los objetivos logrados por estas acciones que sintetizan los fuertes condicionantes en el ejercicio del poder y los efectos de la hegemonía comunicacional en todas sus variantes aplicadas.


Regresando a nuestro país, es observable un dato que bajo cualquier medición es impactante por su significado: la pobreza e indigencia no han dejado de crecer en las últimas administraciones políticas, con una pérdida de soberanía tanto en las decisiones más profundas como en la permanente entrega de recursos naturales. Si bien los pueblos en sus conjuntos, no realizan el ejercicio del pensamiento crítico, es claro que estos procesos descriptos inciden en el deterioro de su calidad de vida como así también en sus expectativas y posibilidades reales de lograr un ascenso socio-económico.


La desazón y el pesimismo originan una gran frustración la cual se transfiere como “castigo” electoral a quienes ejercieron el poder administrativo político del país. Es el caso de Cristina Fernández que en sus gestiones priorizó la ampliación de derechos sociales, pero fracasó notablemente en los aspectos políticos y de desarrollo con crecimiento económico del país. Si se suma la permanente persecución mediática y judicial de la que es víctima, queda claro el hartazgo que generó en grandes masas sociales fundamentalmente en la elección y participación del mediocre y viciado gobierno de Alberto Fernández.


En conclusión, mi análisis pasa por la falta de nuevos líderes que sepan interpretar tanto la realidad social como sus imaginarios y objetivos. La emergencia que atraviesa nuestro país no da margen para reiterar nombres de liderazgos fracasados, Es imperativo que en niveles locales surjan nuevos visionarios, es decir personas que pongan sus miradas mucho más allá de los tiempos y necesidades electorales. Pioneros, no puede ser solamente el nombre de un barrio. El partido de Pinamar debe ser pensado desde otras perspectivas y proyecciones políticas. En lo que respecta al peronismo local, es imprescindible que se autoconvoque y genere espacios de discusión con la inclusión de toda la comunidad. Debe hacer el esfuerzo de superar la declamación de UNIDAD para dar paso a la discusión colectiva para lograr un programa electoral que sea viable para la población. Deberá sintetizar una oferta electoral basada en un Plan de Acción y Desarrollo concreto que integre todas las propuestas de las fuerzas vivas de Pinamar. Considero que es tiempo de decidir si se perpetúa como municipio turístico excluyentemente o explota su enorme potencial como enclave natural privilegiado abierto a las nuevas industrias y servicios llamadas “limpias y sustentables”.


No alcanza con la supuesta bonanza que representa una volátil actividad económica durante pocos días del año, debe considerarse la urgente necesidad de abandonar la identidad de pueblo supeditado a las condiciones estacionales para dar paso a una ciudad que INTEGRE, REPRESENTE y OTORGUE POSIBILIDADES DE CRECIMIENTO A LA TOTALIDAD DE SU POBLACIÖN.


Carlos Blasco


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