La Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS) organizó una charla sobre “Gobernanza Pospandemia” con la participación del presidente de la AGN, Jesús Rodríguez, y con Luis Felipe López Calva, director de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Rodríguez, en la presentación, recordó que la CEPAL indicó que se espera una caída del producto bruto de nueve puntos, lo que significa que se perderán 40 millones de empleos y que uno de cada cinco empresas vayan a cerrar. Además remarcó que la superación de la crisis depende de cómo se adapten los procesos políticos. “La democracia exige rendición de cuentas”, cerró el presidente de la Auditoría General de la Nación.
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Por su parte, López Calva comenzó su exposición explicando que en 2018 menos de una de cada cuatro personas en América Latina y el Caribe declaró tener algo o mucha confianza en el gobierno. “En el mismo año, menos personas creían que la democracia era la mejor forma de gobierno en comparación con el 2000”, comparó.
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“La crisis del COVID-19 tiene tres fases: controlar la pandemia, recuperación de la recesión y descubrir la nueva normalidad”, detalló López Calva. Según él, América Latina y el Caribe se encuentran en un momento en donde la primera y la segunda fase coexisten ya que continúa siendo el epicentro de la pandemia considerando las muertes acumuladas y las nuevas diarias.

Según los datos mostrados en la presentación, durante el segundo trimestre de 2020 el crecimiento se contrajo. En Perú cayó un 30.2%, en Argentina 19.6%, en México 18.7%, en Colombia 15.7%, en Chile 14.1% y en Brasil un 11.4%. “Es la región con mayor caída, sin embargo, se espera que para 2021 tenga un repunte importante. Por ejemplo, se estima que Argentina crezca un 5.1%”, argumento el representante del PNUD.
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Para López Calva, “la crisis actual es fundamentalmente un reto a la gobernanza que ha tenido efectos en los sistemas de seguridad social, de educación, los mercados laborales, la situación fiscal, la configuración de la protección social y la relación de confianza entre los ciudadanos y el gobierno”.

Estadísticamente, más de 144 millones de estudiantes llevan al menos cinco meses sin asistir a la escuela. En proporción con el total de habitantes, el país más perjudicado es Paraguay con más de un millón de alumnos sin clases presenciales. Sin embargo, la tabla la encabezan Brasil (44 millones), México (33 millones), Argentina (11 millones) y Colombia (10 millones). Además de esto, la nueva revisión del Banco Mundial estima que hasta 25 millones de personas podrían caer en la pobreza.

“La baja confianza en las instituciones puede empeorar por la crisis. Brasil y Chile encabezan la lista de países donde las personas reportan una menor satisfacción con la respuesta del gobierno frente al COVID-19”, expresó López Calva.

Más allá de los números negativos, se expusieron una serie de principios para tener una gobernanza efectiva: políticas fiscales que permitan un gasto sostenible inclusivo; la ley y el acceso a la justicia igual para toda la ciudadanía; los ciudadanos tienen que ser una parte activa en la construcción de acuerdos; transformación de las capacidades de los Estados con innovación; transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública; reconstrucción de la confianza en los actores políticos; eliminación del uso de la violencia como mecanismo de negociación; equidad intergeneracional y sostenibilidad.

“¿Por qué esta crisis es una oportunidad? Funciona como un dispositivo de coordinación para cambiar el comportamiento, redistribuye el poder y la influencia, y puede crear una nueva coalición política en torno a un conjunto de prioridades”, concluyó López Calva.