Según consigna el medio  BAE Negocios a través de fuentes parlamentarias, el aumento se otorgará a partir de febrero del 2025. Esto se podría haber evitado si en la sesión de la semana pasada, en la que trataron la remoción del senador Edgardo Kueider, los senadores hubiesen accedido a tratar el proyecto de Villarruel, que prorrogaba el congelamiento de la dieta durante el primer semestre del año entrante. Sin embargo, no tuvo el aval suficiente.

Ahora, a menos que abran el recinto para tratarlo en estas últimas semanas de diciembre, recién volverán a reunirse cuando se lleve a cabo la sesión preparatoria en febrero. Para ese entonces, ya regirá el aumento.

La dieta de los senadores está enganchada a los arreglos paritarios de los empleados legislativos. Ellos perciben una remuneración conforme a la categoría que dispone el Estatuto y Escalafón del personal del Congreso (Ley 24.600) y cada vez que estos reciban un aumento, impacta en la dieta de los legisladores.

En abril, los senadores aprobaron a mano alzada que ese enganche sea equivalente a 2.500 módulos, más 1.000 módulos por gastos de representación y 500 módulos por desarraigo; así se produjo el polémico “dietazo', que revolucionó la agenda y agitó la interna entre el presidente Javier Milei y la vice, quien defendió que su rol no le permite tener herramientas para frenarlo.

Lo cierto es que en el Senado, el arreglo de dieta se vota en el recinto. En cambio, en la Cámara baja, Martín Menem lo negocia con los jefes de bloque. Por ese proyecto de abril, el acuerdo paritario de mayo incrementó un 9% los ingresos, lo cual dejó la dieta en $7 millones en mano. La situación es distinta en Diputados, que cobran alrededor de $2,5 millones.

En agosto, por acuerdo paritario, iban a pasar a cobrar casi $9 millones. “Hace poco se habían aumentado el sueldo a 7 millones de pesos, pero parece que no les alcanza: hoy se aumentaron el sueldo a 9 MILLONES. ¿Quién cobra 9 palos por mes? NADIE”, pegó el grito en el cielo el Presidente en X por aquel entonces.

Villarruel convocó a una sesión y por unanimidad los senadores resolvieron, cómo contó este diario, suspender esas actualizaciones hasta diciembre. Por aquellos días, se había impuesto un aumento del 6,5% que se dividía en dos tramos; uno del 3,5% retroactivo a julio, que se mantuvo vigente, y el otro 3% restante correspondiente a agosto -que finalmente quedó anulado-. Por el congelamiento de la dieta, los senadores tampoco recibieron una suba del 6,13% que sí percibió el personal legislativo en noviembre.

La idea era que se traten las distintas iniciativas que presentaron los bloques durante el transcurso de este segundo semestre de 2024. Entre ellas, una de Unión por la Patria, para que ningún funcionario, legislador o empleado público cobre más que el Presidente. Esto también impactaría en jueces y consulados. No trascendió y el jueves pasado, cuando Villarruel intentó poner sobre la mesa nuevamente el tema, los senadores levantaron la sesión.

“Espero que los senadores lo traten porque no soy senadora, no soy la que toma las decisiones”, se adelantó la vice en una conferencia de prensa. En medio del cruce con Casa Rosada, en la presidencia del Senado se quieren atajar de que, de nuevo, los intenten culpar del dietazo que se viene. Fuentes allegadas a la presidencia del Senado le confirmaron a este medio que los aumentos dejarían la dieta de los senadores, a partir del año que viene, en $9,5 millones en bruto.