Desde entonces, el comercio, las inversiones y el financiamiento han crecido de manera sostenida.


Auge del comercio bilateral


China es hoy el segundo socio comercial de Argentina (solo detrás de Brasil) y un comprador clave de soja, carne, petróleo y litio. 


Las transacciones entre ambos países crecieron exponencialmente. En el año 2000, el comercio bilateral era casi marginal, pero en 2022 alcanzó su pico de 25.000 millones de dólares, con un fuerte aumento de las exportaciones argentinas de productos primarios y un incremento todavía mayor de las importaciones de manufacturas chinas, como maquinaria, electrodomésticos y tecnología.


Este patrón comercial permitió un fuerte incremento en la producción agrícola, sobre todo en el complejo sojero, aumentando las exportaciones argentinas y consolidando un mercado estable para dichos productos. De esta forma, China se convirtió en el socio fundamental del sector agroexportador argentino. A su vez, dicho patrón generó un déficit crónico para Argentina en la relación bilateral con la potencia asiática. En los últimos años, las importaciones superaron ampliamente a las exportaciones, consolidando un desbalance estructural. En 2022, en el pico del intercambio comercial, el déficit con China alcanzó los 9.465 millones de dólares, según el INDEC.


Inversiones estratégicas: energía, litio y tecnología


Las inversiones chinas en Argentina son clave en sectores estratégicos:



  • Minería de litio: empresas chinas como Ganfeng Lithium y Tianqi Lithium participan activamente en proyectos en Salta, Catamarca y Jujuy, lo que posiciona a Argentina como un socio fundamental para la transición energética global.

  • Energía e infraestructura: China financia y construye proyectos como las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz (en proceso de reactivación), parques solares y eólicos, como así también anuncios de inversión en trenes e infraestructura.

  • Tecnología y telecomunicaciones: Huawei y otras empresas chinas tienen una presencia consolidada en telecomunicaciones e infraestructura digital.

  • Base espacial en Neuquén: inaugurada en 2017, la base es administrada por la Agencia Espacial China (CLTC) y es parte de un acuerdo de cooperación científica y tecnológica, aunque genera debates sobre su uso y transparencia.


A su vez, en 2022, Argentina firmó su adhesión formal a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que abre nuevas posibilidades de financiamiento e inversión en obras de infraestructura, energía y transporte. Este acuerdo le permite al país acceder a cr��ditos e inversiones de empresas y bancos chinos en condiciones diferenciadas.


En materia de financiamiento, la herramienta más relevante ha sido el swap de monedas entre el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Banco Popular de China, que funciona como un respaldo clave para las reservas internacionales. En abril de 2025, ambos países renovaron por 12 meses el tramo activado del swap por el equivalente a 5.000 millones de dólares, extendiendo su disponibilidad hasta mediados de 2026. 


Este instrumento no solo fortalece la posición de reservas del BCRA en un contexto de restricciones externas, sino que también permite facilitar operaciones de comercio exterior y dar previsibilidad al mercado cambiario. A su vez, se complementa con líneas de crédito bilaterales y financiamiento de importaciones otorgados por entidades chinas, que en los últimos años se incrementaron en sectores como energía, transporte y telecomunicaciones, consolidando a China como uno de los principales socios financieros de la Argentina.


En síntesis, para nuestro país la relación con China implica tanto oportunidades como desafíos. Por el lado de las oportunidades puede mencionarse el acceso a financiamiento e inversión para el desarrollo de infraestructura como así también para sectores estratégicos como energía y minería, un mercado estable para la demanda de productos agropecuarios argentinos con la posibilidad de diversificar nuestras exportaciones del agro hacia productos de mayor valor agregado. Así también, resulta una oportunidad la posibilidad de cooperación tecnológica en áreas como electromovilidad, litio y energías renovables.


Por otro lado, el principal desafío es poder morigerar el déficit comercial actual que tiene nuestro país con el gigante asiático siguiendo el ejemplo de otros países de América Latina que mantienen relaciones más equilibradas comercialmente.


En un mundo cada vez más multipolar, la relación entre Argentina y China es una pieza central del mapa geopolítico y económico argentino. Aprovechar este vínculo de manera estratégica, cuidando los intereses nacionales y buscando un desarrollo más equilibrado y sostenible, será uno de los grandes desafíos para los próximos años.