Si bien mejoró salud, por el momento los médicos recomiendan que continúe internada en el servicio de clínica médica.


Josefa, a quien llaman “Pelusa”, repasó en varias entrevistas desde su internación en Balcarce los primeros instantes de la catástrofe, cuando el edificio del hotel se derrumbó sobre su departamento, en el que había ido a pasar un par de días con su esposo, Federico César Ciocchini, de 84 años.


Asimismo, mencionó: “Yo trataba de tranquilizarme, al tiempo que notaba que mi marido no me respondía. En los primeros minutos, le pedí que no se moviera”.


Por último, agregó: “Por suerte pude mantener la calma a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido, porque sentí que fue instantáneo lo de él. Me queda el consuelo que no debe haber sufrido mucho, pero estuvimos 48 años felices”.