Aquello de que los extremos convergen, en este caso es una certeza y sustento básico de una compleja trama asociativa entre los factores de poder internos y externos, el sistema político, las corporaciones y los actores poderosos como las empresas de medios masivos de difusión y el poder judicial que es el brazo ejecutor de la nueva forma de injerencia (golpes blandos o palaciegos) que impuso la nueva versión del Consenso de Washington. Los fines y objetivos son los mismos que ideó Kissinger en su momento: el dominio de los recursos naturales y la hegemonía geoestratégica mediante la opresión de los organismos de créditos multilaterales, la banca especulativa gestionados por los estados imperialistas y la profusa militarización del mundo.

Regresando a la manipulación del discurso e instalación de las falacias que marcan la agenda de lo “no importante”, destacamos frases sin contenido y vacías de conceptos que tienen el objetivo de “domesticar” las sociedades y generar las condiciones para imponer las más abyectas ideas neoliberales reaccionarias.

Tanto en campaña como en el ejercicio de la presidencia, Alberto Fernandez dice:

+    Vamos a poner a la Argentina de pie : en esta frase encontramos una “promesa incumplida” recurriendo a las excusas consabidas, pandemia y conflicto

Ruso-Ucraniano. Un presidente que descree de la necesidad de Planificar y por consiguiente no propone un Modelo Socio-Político previsible, está incapacitado de formular cómo piensa poner de pie un país esquilmado moral y materialmente.

Lamentablemente en todas las épocas hubo guerras internacionales y distintas epidemias que afectaron el normal desarrollo de las sociedades. De hecho, Perón surge en plena segunda guerra mundial en un escenario caracterizado por la hambruna y la pobreza extendida como consecuencia de este grave conflicto bélico. En ese contexto recurre a su formación militar la que lo impulsa a planificar y organizar las medidas que considera imprescindible implementar. Crea un Consejo que conforma con empresarios, dirigentes políticos, sociales, militares, científicos, etc. de modo de dar participación a la sociedad en su conjunto. Una de las características fundamentales a ordenar y resolver era la de transformar la realidad laboral que tenía el pueblo trabajador. Consciente de la gravedad de la situación dice a sus camaradas y subordinados en la Escuela de Guerra: hay que evitar que los hambrientos se levanten y abonen la causa comunista implementada a través de la Revolución Bolchevique la cual surge del “Hambre” del mismo modo que la histórica

Revolución Francesa. Por eso sugiere generar trabajo de la manera más dinámica y eficiente para alimentar a esa población mayoritariamente inmigrante y sobreexplotada que no disponía de ninguna protección social. Dirigiéndose al pueblo definió que se había creado un Estado de Trabajo, donde todos los trabajadores sin distinción de clase, tenían sus derechos y, consecuentemente, su inclusión social. Respecto a las clases Perón dijo: “el trabajo es la suprema dignidad del hombre. En la comunidad Argentina, no existe más que una sola clase de hombre: los que trabajan”. Decía: “A los que afirman que hay libertad en los pueblos donde el trabajador está explotado, yo les contesto con las palabras de nuestros trabajadores: una hermosa libertad, la de morirse de hambre”, anticipándose en más de medio siglo a la propuesta de los nuevos “libertarios”, representantes de los más profundos intereses antipopulares. Dirigentes que manipulan el sentido de la libertad, aplicándolo, exclusivamente para denostar los derechos de los trabajadores, impulsando la baja de sus salarios y definiendo al Estado como el principal responsable de afectar las libertades individuales y del “mercado” (siendo que quienes los financian, mayoritariamente, tienen vínculos contractuales con el Estado). Continuando con la expresión vacía de contenido que utiliza el señor Presidente, queda claro que bajo la mirada y doctrina justicialista, para poner de pie a la Argentina primero e indisolublemente, hay que poner de pie al pueblo mediante la dignidad y la organización social que otorga el trabajo y el salario acorde al costo de vida. En la actualidad, a las estadísticas de desocupación hay que sumarle las categorías de subempleo, monotributistas, cuentapropistas, trabajos temporarios, etc. vale decir que el porcentaje de población en estado de desempleo e indigencia laboral no solo es alarmante sino catastrófico.

+    Dentro de la manipulación de conceptos destinados a subvaluar la política, es interesante observar el sentido simbólico de Lealtad que casi de modo excluyente, lo detenta la “organización política” La Cámpora, desplazando al histórico portador del mismo que era el Movimiento Obrero. Desde luego, esto es un símbolo de gran significancia para el peronismo.

Este hábil artilugio político creado por el Kirchnerismo, tuvo el objetivo de atraer a la Juventud (rémora de aquél trasvasamiento generacional de los 70) hacia la política, en un contexto donde la devaluación del sistema así como de sus intérpretes tenía una magnitud preocupante. La apelación al nombre de un compañero siempre leal a la causa justicialista, el doctor Héctor J. Cámpora a quien Perón eligió para que lo represente en las elecciones de 1973, representaba simbólicamente esa convicción de lucha y fidelidad imprescindible para que el Kirchnerismo pudiese continuar con el enorme desafío que asumió en 2003. Ahora bien, el peronismo surge precisamente de la manifestación espontánea y popular que se expresó masivamente el 17 de octubre de 1945 en la plaza de Mayo. Ese acto expresó el reconocimiento del pueblo trabajador hacia un líder que los representaba y defendía, haciéndolo depositario de su bien más preciado: su confianza. Fue fundacional y creador de la Lealtad entendida y practicada recíprocamente entre el pueblo y su líder. Hoy vemos que el concepto de Lealtad se representa en una fecha y no en la continuidad que exige la

militancia y la gestión. Es necesario señalar que antes de la Cámpora, hubo infinidad de dirigentes de distintas extracciones sindicales,militares, políticas, empresariales que dieron sus vidas por la causa peronista. Cito el ejemplo del compañero Felipe Vallese secuestrado y desaparecido el 23 de agosto de 1962 bajo la presidencia de José M. Guido, de extracción radical intransigente. La práctica de la Lealtad, se potencia en el período de la Resistencia adquiriendo su máxima expresión simbólica ya que el líder del movimiento estaba en el exilio y su fuerza política proscrita. Es destacable que ese primer núcleo “resistente” se fue nutriendo de actores políticos y sindicales de diversos orígenes para finalmente ser el espacio al que adhieren las juventudes que actuaban en distintos espacios militantes. Emergen entonces dos imaginarios de Lealtad, hacia el líder por parte de los “históricos” y hacia el modelo/doctrina que guiaba a la juventud. La mística se sincretiza, no así los ideales; esta divergencia signará los primeros años de la tragedia de los años 70. En este marco convulsionado y de gran intensidad política, la liturgia y simbología peronista era omnipresente.

Es apreciable que en los actos convocados por esta organización ligada intrínsecamente al kirchnerismo, no abundan la simbología y “liturgia peronista” recurriendo a ello sólo cuando perciben el descontento de sus adeptos y militantes y para “asegurar el voto peronista”.

La breve perspectiva histórica de estos tiempos, permite observar la sumisión y funcionalidad sistémica que conlleva el radicalizar el discurso, algo que ejercen tanto la Cámpora como el polo ideológico opuesto, comportando una suerte de fuegos artificiales que ocultan las profundas coincidencias entre las supuestas fuerzas antagónicas. Pablo Iglesias, dirigente español, fue quien acuñó el término de “casta” para definir estos acuerdos prebendarios del sistema, que amparan a una dirigencia encastrada consuetudinariamente en cargos estatales como medio de vida.

+    Más conceptos devaluatorios: Sin caja no se puede hacer política: la única “Caja” que activó y dinamizó al peronismo pre kirchnerista, es la Plaza de Mayo cuando se convierte en la Caja de Resonancia y Propagación de la voz del pueblo. En la “resistencia” con la proscripción del peronismo, se recurrió a la tiza y el carbón para mantener vigente al líder exiliado. Los recursos que utilizó para su soportar sus estructuras políticas militantes eran aportados por los trabajadores de su propio peculio y algunos procedentes de las organizaciones sindicales.

Lamentablemente este concepto de la caja, se convirtió en un limitante extremo posibilitando la monopolización de las acciones militantes a las “organizaciones” que colocan sus “militantes rentados” en puestos que gestionan recursos económicos y estratégicos. La Cámpora tiene centenares de “militantes” que no sólo perciben remuneraciones del Estado sino que ocupan esos sitios. Como consecuencia, todo aquél que no coincida con sus lineamientos orgánicos, sufre el peor de los destierros: el político al no gozar de los beneficios de las “cajas”.

+    Particularidades de época: En esta gestión atravesada por las disidencias y la ausencia de principios básicos de la política, se ha institucionalizado que la líder

de un sector que ejerce cargos ejecutivos y legislativos y tiene a la Cámpora como espacio movilizador, exprese sus opiniones a través de cartas públicas o discursos esporádicos. Algo que sus acólitos esperan y festejan en una gestualidad accionada por la desesperanza que sublima su tragedia cotidiana al sentir el fracaso político-social y la grave situación económica familiar.

Continuando con la manipulación y el uso sesgado del discurso, encontramos esta frase expresada por la Vicepresidenta:

 mención a las lapiceras: frase tan primaria como limitada de concepto. Las lapiceras de los funcionarios peronistas, deben responder y honrar su designación y sólo deben suscribir actos y medidas que se dirijan a la Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. Ningún funcionario elegido o designado, debe dudar en actuar bajo ese lineamiento básico y fundamental. Tampoco será necesario que nadie les recuerde lo que deben hacer, solo el pueblo exige a sus representantes.

Estas disfuncionalidades discursivas y conceptuales utilizadas por componentes de un Movimiento de las características del peronismo, posibilitaron el desmesurado

 crecimiento de una derecha internacionalizada que se despojó de sus pruritos e irrumpió en la escena política de modo cada vez más avasallante y prepotente. Sus acciones apuntaron y apuntan al desprestigio de lo político en general y de una ideología en particular. Articulando con los sectores históricamente ligados a potencias extranjeras, con los poderosos medios de desinformación, parte del sistema judicial y financiados por ONGs y corporaciones multinacionales, fueron cooptando espacios democráticos para convertirlos en trincheras de avanzadas de la guerra de opresión y saqueo. Esto fue y es posible, en el marco de las transformaciones sociales y los avances tecnológicos que reformularon la relación del trabajador con la patronal como así la constante innovación y desarrollo en los sectores de la información, la comunicación y en las tecnologías del área informática,

Aquella revolución pacífica con protagonismo y participación popular, no encontró los instrumentos ni los dirigentes capaces de continuarla. La defección de algunas cúpulas del movimiento obrero más afines a la suntuosidad que a la lucha sindical, permitió la degradación discursiva y fáctica de los justos reclamos del sector laboral. La socialdemocracia internacional en sus diversas expresiones, se infiltró en todo atisbo revolucionario, convirtiendo al peronismo clásico en una nostalgia casi aborrecible encarnada por los “viejos” dirigentes.

En síntesis, ante el estado actual el peronismo no puede ni debe asumir que electoralmente hay que inclinarse por el “mal menor”. Ya han engañado al pueblo proponiendo votar a personajes que fueron responsables del cambio de rumbo que marcó Néstor Kirchner cuyo eje central era el peronismo. La falacia de ejercer el voto para “sacar a” no puede repetirse. El peronismo debe ofertar electoralmente sus principios doctrinarios proponiendo la continuidad revolucionaria pacífica y humanista que expresan sus banderas: Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica. Somos un país rico con un pueblo empobrecido por la mediocridad de sus dirigentes (de todo el arco y sectores), que rehuyen la discusión política, adhirieron a la política “cortoplacista” abandonaron sus declamadas convicciones gestionando sin Planificar ni establecer las prioridades soberanas. Estas

características posibilitan que sean las potencias extranjeras las que definan la política económica y el consecuente modelo social de acuerdo a sus intereses y beneficios.

Las defensas y explotación de nuestros recursos naturales deben ser el núcleo central de los presupuestos nacionales y las grandes directrices que definan la gestión.

Esto se realizó en los gobiernos del general Perón y más recientemente en la presidencia de Néstor Kirchner, quienes dieron un lugar de relevancia a la Planificación Estratégica en sus gobiernos.

Aún es posible. La fuerza del trabajo con remuneraciones dignas, potenciar la educación y salud pública, la defensa irrestricta de las soberanías y la administración de todos los recursos con sentido nacional, harán posible un 2023 como el punto de partida para revertir estos tiempos aciagos para el pueblo argentino.

Junio 2022 Carlos Blasco