Esta situación político-socio-institucional, atraviesa todos los ámbitos de una sociedad que exhibe su estupor y fragmenta su protesta ante medidas gubernamentales que afectan su organización social al impactar en la estabilidad de vida. El eje comunicacional está puesto en exarcerbar la incertidumbre cotidiana y mostrar un exceso tanto discursivo cuanto práctico en la represión de la protesta, deslegitimando la organización política, social y sindical, es decir contra las bases organizativas de un sistema representativo y democrático.

“Amo ser el topo dentro del Estado, yo soy el que destruye el Estado desde adentro”, declaró públicamente el actual presidente electo.

Entre distintas consideraciones acerca de lo insustituible que es el Estado para las sociedades, el político e intelectual italiano Antonio Gramsci, en sus Quaderni del Carcere formula una profunda critica a la sociología al considerar que naturaliza la situación política existente pues considera como una evolución natural el hecho de que las sociedades encontraron sus fundamentos básicos en las constituciones y sus parlamentos. Extiende su crítica al considerar que el método de análisis de la sociología subvalora la categoría histórica Estado la cual es fundamental en lo político.

Respecto de la cuestión parlamentaria, considera que se comporta como una relatora (la sociología) de las pequeñas incidencias entre sus miembros, lo cual implica el descrédito a la política y su consecuente potenciación de la indiferencia que se resume en la antipolítica.

Coincido con la crítica a la sociología y su abordaje del análisis de la política, fundamentalmente en lo que concierne a la aceptación y naturalización de las directrices que imponen los gobiernos por el solo hecho de provenir del contenido de las constituciones y su legitimación en el parlamento. 

Los lineamientos centrales del actual gobierno de Argentina expresados y consumados en la promulgación de una mega ley que en su sustancia apunta a establecer Nuevas Bases para una nueva conformación ¿republicana?. En este sentido se destaca la contundente formulación respecto ya no a la reforma del Estado, sino a promover su EXTINCIÓN. Toma fuerza y sentido aquí la crítica que denunciaba el intelectual italiano en cuanto a la inacción que provoca la Naturalización de las accoines contrarias al bien común de los gobiernos totalitarios.

+ Filosofía politica del peronismo. Concepto de Comunidad

La historia reciente muestra que en tiempos de crisis políticos institucionales surge la recurrencia a pensar en el “peronismo” como la mejor opción para reorganizar la sociedad. Sobre este aspecto, se han generado tópicos en cuanto a que los gobiernos no peronistas sean de coalición social demócratas, liberales o cualquier otra expresión promueven grandes desequilibrios sociales y que el peronismo debe ser el gobierno que vuelva a encausar estos profundos desórdenes que impactan en la vida de los argentinos.

Esta perspectiva del peronismo como modelo superador de crisis y restaurador de ciertos órdenes, no puede aislarse de su corpus doctrinario y su ideario político, ambos factores ignorados por los últimos gobiernos denominados nacionales y polulares.

Esta afirmación que señalo, no es un dato menor sino por el contrario, es un factor estratégico que ha permitido acceder al gobierno a esta anomalía sistémica que atraviesa hoy nuestro país.

+ La resignificación de la palabra y filosofía del pensamiento justicialista

La apelación al término Resistencia se vincula con las acciones que el peronismo desplegó luego del derrocamiento de 1955. Ante su proscripción, la persecución y asesinatos de sus dirigentes, comenzó a organizarse una acción de Resistencia con el objetivo de posibilitar el regreso del líder exiliado e instalar un nuevo gobierno justicialista. No es propósito de esta nota describir lo que fue la Resistencia con sus lemas comunicacionales Perón Vuelve y Luche y Vuelve, sino destacar las notorias diferencias entre un período caracterizado por distintas dictaduras cívico-militares y otros, que si bien atravesados por crisis sociales, se dieron y dan dentro de un sistema democrático.  

De hecho la naturaleza de la Resistencia parte de un sangriento golpe de estado. Se trató de una respuesta a la violencia paraestatal apoyada por las mayorías populares.

Esta significativa diferencia debe interpelar a los dirigentes y militantes a repensar la estrategia para, no solo minimizar las consecuencias obscenas de las politicas destructivas aplicadas a los segmentaos más vulnerables de la población, sino para darle sentido y contenido a un regreso al gobierno. Debe prescindir de la épica de la Resistencia Original para reencontrarse con la filosofía y sustancia del pensamiento justicialista. En este sentido la práctica cotidiana debe sustentarse en la trascendencia que en la filosofía del peronismo tiene el concepto y construcción de la Comunidad.

Otros pueblos pudieron reencontrar su destino superando experiencias políticas trágicas recurriendo a experiencias coincidentes en la acción con la que funda el justicialismo.  

En la Italia de inicios del siglo XX comienzan a desarrollarse asociaciones populares de ayuda mutua cuyo objeto era la asistencia y esparcimiento de los trabajadores.

Sus locales ubicados en los barrios, se convierten en lugares donde se promueven la alfabetizacion, la cultura y la formaciàon política, alcanzando una fuerta presencia en los segmentos populares con intensa participación de los ciudadanos. En síntesis, estas organizaciones barriales comienzan a ser indispensables para la organización popular tomando un fuerte protagonismo durante la Gran Guerra prestando, entre otras, ayuda indispensable para sus ciudadanos y soldados. En el post fascismo se convirtieron en lo que hoy se denominan ARCI asociaciones barriales focalizadas en fortalecer el tejido social siendo imprescindibles células básicas orgánicas constitutivas de la Comunidad.

Se verifica la trascendencia de la Organización Popular como el recurso potente de los pueblos para superar contingencias adversas. En su naturaleza priman la solidaridad, la asistencia y la formacion política como elementos centrales para superar ciclos autoritarios y antipopulares. 

El peronismo incorpora como base fundamental el concepto de Comunidad desde su origen; así lo  manifiesta el general Perón en el discurso que dio en el cierre del Congreso Nacional de Filosofía realizado en la Provincia de Mendoza el año 1949. Esta noción de Comunidad en el pensamiento peronista es una constante en su base doctrinaria ya que conecta estructuralmente con la tercera posición y la Justica Social.

En el decurso de la primera etapa del peronismo en el gobierno, los intelectuales que adhirieron a sus fundamentos y acción, resaltaron que la fundamentación del concepto Comunidad en la formulación político filosófica del  peronismo, se estructuraba en la recuperación y proyección potente de lo Comunitario como factor sustantivo de la identidad nacional.

Queda claro en esta síntesis, la contraposición de modelos: el que propone el peronismo y el que propone esta nueva experiencia universal que lleva a la sociedad a tiempos remotos en un proceso involutivo que conlleva la desintegración de la persona tanto como sujeto individual cuanto como componente de un colectivo social.

Cobra sentido la idea de la comunidad pensada por Perón, es la naturaleza de la identidad nacional conformada por la de cada individuo como sujeto social participativo.

+ La conclusión

En tiempos adversos donde la falta de representatividad política, la grave crisis moral, la potenciación del individualismo, la destrucción del Estado Soberano y por sobre todo la falta de Conducción Política, es imprescindible regresar a las prácticas que hicieron posible ciclos políticos donde el pueblo argentino se sintió integrado en un modelo de igualdad que posibilitó la promoción del hombre en Comunidad Modelo humanista basado en el cristianismo (Jaques Maritain) con la clara percepción de que solo en la Comunidad es posible la realización del hombre.

La falta de liderazco posibilita la multiplicidad de líderes comunitarios, quienes deben asumir la responsabilidad de ejercer su conducción política humanitaria superando en la práctica el necesario asistencialismo. Su rol fundamental debe ser la solidariad, fortalecer el tejido social y la formación de cuadros para en el retorno al gobierno puedan, además de gestionar, ejercer el poder supremo que es la voluntad del pueblo.  

Carlos Blasco