Estudiantes universitarios, terciarios, secundarios, la Asociación Gremial Docente (AGD-UBA) y profesores de todos los niveles, federaciones estudiantiles, trabajadores no docentes, investigadores, sindicatos, trabajadores de la cultura, movimientos de desocupados, asambleas populares y decenas de organizaciones confluyeron desde el mediodía en el Congreso para marchar después a Plaza de Mayo. La magnitud de la movilización opacó los comentarios provocadores que Milei y otros referentes del gobierno hicieron a lo largo del día desde sus redes sociales para tratar de desprestigiar la convocatoria. Solo pusieron en evidencia que han sufrido un golpe político con semejante respuesta popular. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, amenazó toda la semana con aplicar el protocolo ilegal antipiquetes y desplegó un vasto operativo de seguridad, pero dicho protocolo se mostró inviable ante una multitud enérgica. Los trabajadores de la salud, afectados también por el brutal recorte del gobierno, estuvieron presentes, como los del Hospital Garrahan.