La acusación, donde la fiscal Ramírez también apunta al Comité de Seguridad del Fútbol, es que no se tuvieron en cuenta los resguardos correspondientes para evitar el hecho, al cual le precedieron situaciones similares en el mismo sector desde donde cayeron otros hinchas que tuvieron lesiones.
Luego del incidente desde donde cayó el hombre, a quien se le realizaron pericias y se determinó que estaba con alcohol en sangre, pues había compartido un asado previamente con otra gente, la tribuna estuvo clausurada por algunos días.
Finalmente, la Fiscalía habilitó su funcionamiento, pero River debía adoptar ciertas medidas como ser la ubicación de personal de seguridad con más presencia para evitar futuras caídas, así como cartelería y la voz del estadio como efecto disuasivo.
La investigación se basó en las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio lo que fue crucial en este caso, ya que los vídeos revelaron que Serrano intentó sostenerse de las banderas mientras caía y que su intención, aparentemente, era sentarse en la baranda de una altura de 1.40 metros, como otros aficionados lo estaban haciendo en ese momento.