El caso comenzó tras una denuncia radicada por la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos (CASCBA).
Junto a la Lotería de la Ciudad de Buenos Aires (LOTBA) se pudo corroborar que las plataformas no tenían ningún tipo de habilitación para operar y permitían el acceso ilimitado de niños y adolescentes, una situación que favorece a la ludopatía infantil.