El informe considera que para un esquema administrado como el vigente, un objetivo intermedio sería u$s68.000 millones, más del doble de las reservas disponibles. La fragilidad coincide con la solicitud del Gobierno para que el FMI otorgue un waiver por incumplir la meta de acumulación, condición clave para destrabar un desembolso pendiente de u$s2.000 millones.


A esto se suma un vencimiento inmediato: el próximo 9 de julio el Tesoro deberá afrontar pagos de u$s4.300 millones en Globales y Bonares, de los cuales u$s3.700 millones están en manos de acreedores privados. Si bien los analistas coinciden en que el pago se cubrirá con fondos ya depositados, la capacidad de acumulación a futuro y el riesgo país permanecen bajo escrutinio.


Con el Board del FMI en receso estival y las reservas estancadas, la administración de Javier Milei se enfrenta al desafío de sostener los pagos de deuda sin comprometer las metas de desinflación ni el tipo de cambio, en un contexto donde el riesgo país sigue en niveles elevados y el mercado cuestiona la sustentabilidad del esquema actual. FUENTE: AGENCIA DE NOTICIAS ARGENTINAS