Desde el primer momento, los opositores denunciaron hostigamiento constante. Las fuerzas de seguridad cercaron la embajada, bloquearon calles e impidieron el ingreso de personal y suministros. Con el tiempo, la situación se agravó. Les cortaron el agua, la electricidad y les prohibieron el acceso a alimentos frescos. Solo sobrevivieron gracias a alimentos enlatados y generadores.
La situación se volvió crítica a partir de la salida de la delegación argentina. Luego de una fuerte disputa diplomática entre Javier Milei y Maduro, el gobierno argentino abandonó la embajada. Brasil quedó a cargo de la custodia del edificio, en espera de que Caracas aceptara a un nuevo país garante.
Cada uno salió hacia un país distinto
Los disidentes liberados son Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos. Fuentes vinculadas al operativo señalaron que ya no están en territorio venezolano y que fueron enviados a distintos destinos, bajo estrictas medidas de seguridad.
Uno de los miembros originales del grupo, Fernando Martínez Mottola, había salido de la sede diplomática en diciembre. Murió en febrero. Su caso expuso los riesgos de abandonar la embajada sin garantías.
Críticas a la pasividad de Brasil ante la crisis
En abril, el grupo publicó una carta en la que cuestionaron al gobierno de Lula da Silva. Reclamaron más firmeza en la gestión del caso, comparándolo con otros episodios donde Brasil intervino rápidamente en defensa de figuras con causas judiciales.
“No contamos con agua ni luz desde hace meses”, habían denunciado. También hablaron de violaciones a la Convención de Viena, del desgaste físico y mental, y del abandono de la comunidad internacional.
Final para una historia marcada por el encierro
Después de más de un año, los refugiados en la embajada argentina en Caracas lograron salir de Venezuela. Aunque hoy están libres, la historia dejó en evidencia el deterioro institucional en el país y los riesgos que enfrentan quienes se oponen al régimen. La presión internacional, sumada a la logística de Estados Unidos, fue clave para lograr el desenlace.